domingo, 28 de octubre de 2012

Comprar o alquilar... hoy

Tal y como están las cosas, muchos se plantean (porque sí o por alguna situación personal) la opción de comprar una vivienda o alquilarla. Vamos a mirar un poco lo que hay en internet...
En portales como idealista.com o fotocasa.es podemos encontrar viviendas de los dos tipos sin mucho problema. Las podemos clasificar por precios, por zonas, por número de habitaciones o dormitorios, por precio máximo y mínimo, por superficie mínima o máxima...
Siempre creemos (por defecto) que la gente es buena, que pone bien los datos y las medidas, que se atiene a la realidad... Sin embargo, cuando has mirado un par de días te encuentras con algunas decepciones poco interesantes.
Comprar es complejo: los bancos te van a ofrecer lo que tienen cuando vayas a intentar comprar otra cosa, y quizá te digan que para lo suyo sí, pero para otro no te dan el crédito...  O las condiciones serán peores para que accedas a comprar lo que ellos te ofrecen.
Además, los precios parece que bajarán: condiciones económicas, posible rescate a España, situación económica general, burbuja inmobiliaria que no ha terminado de reventar, bancos con gran cantidad de inmuebles vacíos y la creación del "banco malo" para hacerse con todos esos "activos tóxicos"...
Así las cosas, a fecha de hoy, vamos a centrarnos en un alquiler.
Por ello, propongo un consejo. Te guste tu zona o no, empieza probando a ver los anuncios de alguna zona que conozcas (pisos de donde has crecido, porque seguro que viste los de muchos amigos que también vivían cerca), así podrás comparar los precios de esa zona con factores conocidos:
- Si los azulejos son los mismos de cuando tú celebrabas los cumpleaños en casa, mal rollo, porque habrán pasado al menos 20 años. Eso quiere decir que no han cambiado las tuberías, aunque hayan podido cambiar el lavabo antiguo por uno moderno con cajones y puertas (por ejemplo).
- Lo mismo pasa con la cocina y los radiadores. Si siguen los mismos azulejos, aunque la cocina sea vitrocerámica, las tuberías serán antiguas y tienen más posibilidades de picarse.
- Si los azulejos son blancos y no lo puedes reconocer por el dibujo, hay otros factores como el tamaño que te pueden dar la clave: azulejos muy pequeñitos (modernos); azulejos pequeños (antiguos); azulejos grandes y rectangulares (en lugar de cuadrados) serán más nuevos; azulejos lisos y brillo (antiguos); azulejos que no llegan hasta el techo (antiguos)....
- Ventanas: son otra de las claves para determinar el piso: si son de madera... mal rollo, y si son de aluminio gris con dos hojas grandes también implica que tienen varios años de más. Y no todas las ventanas blancas son de PVC con rotura térmica, a veces las ves y resulta que son de aluminio blanco o PVC normal.
- Otra cuestión son las puertas: ¿pinta de contrachapado?  ¿pintadas de blanco? Fíjate en los picaportes, los marcos de las puertas...
- El suelo puede ser otra clave, sobre todo para la vida en el día a día. El parqué se deteriora, pero es más calentito que los azulejos o el gres (mucho más fácil de limpiar); la tarima (sobre todo las modernas), suele ser más fácil de limpiar y envejece mejor, pero las tarima antiguas crujen al pisarlas. Las moquetas... serán calentitas, pero son mucho más sucias y difíciles de limpiar. Todo esto hay que tenerlo en cuenta para el día a día: limpieza, temperatura, calzado dentro de casa...
- Muebles: si es la primera casa, puede estar bien que tenga muebles, incluso siendo de compra... ya se irán cambiando según lo permita la economía. Para un alquiler, siempre hay que tener en cuenta si se tienen muebles o no, porque condiciona mucho las posibilidades de alquiler. Son más los pisos que se alquilan amueblados que vacíos y hay quienes lo alquilan con pocos muebles, lo que dificulta los alquileres posteriores porque algo tendrás que comprar. Siempre cabe la opción de recurrir a muebles baratos tipo IKEA, que luego no dé pena si no te caben en una próxima vivienda.
- Los gastos: siempre hay que preguntar si los gastos (luz, agua, gas, comunidad...) están incluidos o no en el pago del alquiler, porque eso también puede influir en el precio total y en la decisión entre un alquiler y otro porque un alquiler mayor que incluya todo puede salir más barato que uno un poco inferior pero al que haya que sumar todos los recibos mensuales.
Y, como en todo, no ir con prisas. Si quieres algo, mira durante al menos tres meses, mira y remira, compara, date de alta, incluye algunos como "favoritos" y síguelos para ver cómo evoluciona el mercado. Así, cuando vayas a tomar una decisión, estarás en mejores condiciones de negociar.
Después de esto, espero haber sido de utilidad y que si tienes más consejos los compartas aquí.


viernes, 20 de julio de 2012

Francia con encanto

Tras las valoraciones generales de hacer turismo en Francia, estos son los mejores lugares en los que hemos parado durante nuestro periplo por Francia:
- Duna du Pylat: es una duna de tamaño espectacular. Y con una playa que apetece darse un baño tras la ascensión y descenso de la duna... pero el agua está helada, tenlo en cuenta.
- Blaye: Una ciudad amurallada medieval, con formato de ciudadela y que suponían una gran dificultad a la entrada de posibles invasores a Burdeos por barco: a los dos lados y en la isla intermedia de la Gironda.
- Talmond: un pueblito muy bien conservado, con una iglesia pequenita en lo alto del pueblo y pegado a un acantilado. Una maravillosa recomendación de la Oficina de Turismo de Blaye.
- La Rochelle: curioso puerto y curiosas torres defensivas. Es la entrada a la isla de Ré.
- Isla de Ré. Cuidado, porque te cobrarán 16 euros por cruzar el puente de conexión, pero es un lugar que merece la pena. Si eres previsor, ve en bicicleta. Esta isla es el paraíso de las dos ruedas. Mi asignatura pendiente en este viaje.
- Nantes: este verano han puesto en marcha una curiosa propuesta turística: una línea rosa pintada en el suelo que pasa por los principales puntos de la ciudad y que empieza y acaba en la Estación de tren, pero puedes unirte o dejarla en cualquier momento... muchas ciudades (francesas y españolas) deberían aprender y favorecer las visitas de los turistas.
- Rennes: Preciosa ciudad bretona 100%. Casitas estupendas, colores en todas las calles y plazas. También un 10 para la Oficina de Turismo: en el mapita que te dan está marcada una propuesta de recorrido y la chica nos recomendó el orden para pillar el mercado antes de que recogieran. Precioso.
- Cap Fréhel (faro) y Fort La Latte: El faro me gustó, pero me esperaba más... aunque la ubicación es espectacular y ves el antiguo (más cerca del agua) y el nuevo, con unas vistas espectaculares. Muy cerquita, el Fort La Latte es de lo más bonito que he visto. Un castillo privado muy bien conservado y restaurando en un enclave espectacular e inmejorable. Cosas de la naturaleza...
- Dinan: preciosa ciudad que nos recomendaron desde Madrid. Al estilo de Rennes, pero en pequeñito y con un castillo medieval tremendo con una visita turística guiada muy  buena.
- Fougères: Un castillo medieval muy curioso y singular que merece una visita pausada y con la cámara en la mano. El pueblo también merece la pena, no sólo el casillo...
- Vitré: El castillo merece la pena, pero si vas a ver Fougères y este, primero ve a este o te parecerá poca cosa tras el de Fougères (lo que nos pasó a nosotros).
- Mont Saint Michel: nuestro destino en este viaje, así es que más que recomendable y alucinada tras la visita, pero ahora mismo el aparcamiento y el bus-shuttle está en estado deficiente... Saint Michel tiene entrada propia.
- Bayeux: Creía que sólo valía por el museo sobre la operación del desembarco (merece la pena visitarlo), pero tiene mucho más. El cementerio multinacional de la II Guerra Mundial es sobrecogedor. Y el pueblo es bonito para pasearlo de noche...
- Arromanches: ver la playa (una de ellas) del desembarco de Normandía es tremendo. En Arromanches hay algunos barcos que lo recuerdan y conmemoran. Pensar en aquel día, en aquellas batallas es sobrecogedor.
- Alençon. A mí no me mereció la pena... el castillo no pudimos visitarlo y queda poco.., aunque sorprende ver que fue sede de las SS.
- Le Mans: por coincidencia, llegamos al terminar el fin de semana de coches históricos, por lo que nos cruzamos con muchos de ellos por la carretera y los alrededores de Mans estaban todavía algunas chicanes y neumáticos apilados. La ciudad merece la pena, tiene cosas bonitas y curiosas: desde la muralla romana a la catedral.
- Tours: Meter el coche en la ciudad es tremendo, pero la visita merece la pena. Tiene un par de iglesias bonitas, calles muy curiosas y edificios singulares, como la academia de la cerveza.
- Castillos del Loira. La gran mayoría están en los alrededores de Tours, pero demasiados te llevará a un empacho y se te vaciará el bolsillo. Hay que hacer una valoración de kilómetros, precios e intereses personales.
- Brive la Gaillarde: no tiene nada.
- Sarlat le Canéda: Una ciudad espectacular y coincidió que había una serie de espectáculos callejeros por la tarde que nos hicieron la visita mucho más amena. Se puede subir a la torre de una antigua iglesia: la visita panorámica con las explicaciones del chico merecen la pena.
- Beynac. curioso ver dónde está ubicado: el castillo arriba, el pueblo debajo (literalmente) y  el rió y los árboles a los pies del pueblo. Sin palabras.
- Collonge la Ruge: un pueblín precioso y con encanto. Quizá, visto durante el fin de semana sea agobiante, pero entre semana y a la hora de la puesta de sol, me pareció espectacular.
- Cahors: Bonito, singular, en un entorno muy bonito y natural.
- Saint Cirq Lapopie. Merece la pena por la ubicación, verlo desde fuera... pero una vez dentro no lo aprecias: calles estrechas, edificios de piedra (como otros muchos) y mucha tienda pensada para los turistas. Visto desde fuera, un 10.
- Foix: un castillo precioso (cierra antes que ninguno, la última visita empieza a las 17:30, un horror para los españoles) y las vistas desde lo alto son más que recomendables.
- Buscar los castillos de Ax Les Thermes y Ussat les bains es una bonita iniciativa. Vienen en algunos listados de castillos cátaros, pero no los encontramos.
- En lugar de cruzar por Andorra (parte del plan inicial) cruzamos hacia Jaca... Jaca merece la pena. El pueblo merece una visita y la ciudadela, visitable parcialmente en grupo guiado, también.
- San Juan de la Peña: Ver en directo, y con explicaciones, lo que estudiaste hace años en Arte y verlo en primera persona y no en diapositivas es impresionante.
- Loarre: el castillo de El Reino de los Cielos. Precioso en cualquier época del año. Una visita más que recomendable (guiada o no).
Las grandes ciudades (Burdeos, Limoges, Toulouse...) las dejamos un poco de lado. Se pueden visitar con tren o avión, sin tener que complicarse la vida con el coche... pero seguro que acudiré.

10 días por Francia, 10 lecciones

Para mí, viajar es una forma de aprender. Aprendes sobre la gente, sobre lugares, costumbres, opiniones, formas de entender la vida... y Francia es un lugar recurrente; está cerca, es bonito, tiene gran variedad, se puede llegar en coche, en barco, en tren, en avión...
10 días en Francia dan para mucho, especialmente yendo en coche y sin un plan demasiado fijo ni cerrado. El plan inicial era llegar hasta el Mont Saint Michel y volver a casa, pero en el camino ver distintos sitios, no darnos "palizas kilométricas" y parar (o no) donde nos pidiera un poco el cuerpo.
La ruta de "ida" fue siguiendo, más o menos, la costa atlántica. Y la vuelta, en una línea más o menos recta desde la playa del desembarco (Arromanches) hasta el centro de los Pirineos.
Viajar con los ojos abiertos ayuda a aprender, a comparar y a valorar lo que tienen los demás (y de lo que deberíamos aprender) y lo contrario: lo que los demás quizá podrían aprender de nosotros.
1) ¡Viva el uso de la bicicleta!, especialmente con valor turístico: no contamina, no gasta gasolina, permite viajar con calma, haces deporte... y en Francia lo tendrás muy fácil. Hay un gran desarrollo del carril bici y rutas turísticas específicas y adaptadas para este transporte. Sobre todo, la isla de Ré está pensada casi especialmente para ellas. Espero volver allí con la bici y disfrutar de cada uno de sus rincones; merecen la pena.
Derivada de la anterior: la convivencia pacífica entre peatones, bicis y coches. En muchos sitios, los peatones y ciclistas van por el lateral de la carretera, pero no pegados a los coches, sino en un espacio lateral entre las casas o el bosque y la carretera como tal, pero separados por una línea de árboles. Les da sombra y tranquilidad circulando. Está muy bien pensando para todos. y cuando coinciden coches y bicis, lo avisan para que todos lo tengan en cuenta.
2) Guía recomendable para conducir? Nosotros compramos la plegable de Michelín con todo el país, pero aún no sé cómo están indicadas las autovía de pago y las que no... Ni por las marcas en el mapa, ni por los colores de las señales en la carretera. Sirve cuando pone "péage" y cuando no, pero una vez dentro, no sabrás cuándo acaba el tramo...
Cuando creí que lo había entendido, volví a decir "anda, pues no"... es una sorpresa, pero la red está mejor que la española, no es sólo radial.
3) Muchos espacios para hacer turismo con caravanas y roulotes. Hay muchos espacios pensados para desaguar o muchos lugares turísticos con aparcamientos específicos para ellas, en función de su movilidad frente a un coche.
4) No te plantees Francia en tienda de campaña. No hemos podido dormir en ella por la lluvia ocasional de todos los días. No nos vimos capaces a poner la tienda después de llover todos los días más o menos tiempo. En ese momento entiendes que esté tan pensado el país para hacer turismo con autocaravanas...
5) Convivencia pacífica de distintos entornos turísticos: la naturaleza abunda, especialmente los arbolados a ambos lados de la carretera. Y se combina la oferta cultural, la lúdica, la clásica, la moderna... hay para todos y en casi todos los pueblos hay oficina de turismo, lo que facilita parar casi en cualquier lugar, no sólo pueblos grandes o ciudades.
6) Curiosas competiciones de pueblos bellos o pueblos floridos hacen que todos los pueblos estén muy adornados con flores, muy coloridos, más acogedores para los turistas. Distintas señales de pueblo florido y el dibujo de entre 1 y 4 flores te anuncia la cantidad de flores y estilos y colores que vas a encontrar. Es bonito, diferente... y las señales de "uno de los pueblos más bellos de Francia" también ayuda a parar en algunos que no estaban en el plan inicial y que luego sorprenden por su belleza.
7) Oficinas de Turismo: en muchos lugares, el plano del pueblo o la ciudad cuesta 20 céntimos. No estoy en contra, porque así cada grupo coge uno (en lugar de uno por cabeza) y les sacas rendimiento. En la mayoría de los hoteles de baja categoría no lo tienen (o no lo dan), pero tampoco es algo que te arruine y te suelen indicar casi siempre en la misma oficina qué ver y cómo visitarlo. ¿Por qué digo "casi siempre"? Porque en Sarlat te cobran por el mapa (de acuerdo), pero también te quieren cobrar por la información de qué edificios son visitables o merecen la pena... esto ya me pareció excesivo.
8) En toooodos los sitios cobran por aparcar en el centro. Lo puedo entender en ciudades o pueblos grandes, pero en determinadas poblaciones me sorprende que también te cobren por aparcar en el centro... Eso sí, mira bien la hora: en la mayoría de ellos el pago es hasta las 19:00 y te lo van a cobrar por horas. Si son las 18:55 date una vuelta o para a incordiar antes de llegar al pueblo. Si no, te cobrarán por 5 o 2 minutos tooooda una hora de aparcamiento. Tremendo.
9) Comer es otra aventura: en general, los precios están más caros que en España a la hora de un menú (allí es un entrante, plato principal y postre... el café y la bebida se apagan fuera de eso). Pero puedes encontrar menús de gallette (crêpe salada de de trigo negro -apto para celiacos) más una crêpe dulce por precios similares o inferiores. Este menú sí suele incluir la bebida y perece la pena. Cada día lo comes con unos ingredientes, y listo.
10) Los precios de la gasolina sí están en libre competencia: desde 1,45 hasta 1,82 el litro de S/P 95. Eso sí es competencia, por lo que deberás fijarte en los carteles de los precios cuando estés cerca y decidir. Cuidado porque no siempre están en el mismo orden de arriba a abajo y los dos tonos de verde no siempre son iguales para SP95 y SP98 por lo que: agudeza visual del copiloto para leerlo con antelación y tomar rápido una decisión. En general son más baratas las de centros comerciales (Carrefour y Super-U entre ellas) y las más caras, una verde que se llama Erat (o algo similar) y otra que tiene un símbolo de Euro sobre fondo azul... Hay una web francesa donde puedes poner tu ruta y te indica las gasolineras más baratas que encontrarás (Gasolina en Francia) o en un departamento... pero debes conocer bien el mapa de Francia o los códigos numéricos.
Y esta fue nuestra ruta...

martes, 10 de abril de 2012

Viajando a Egipto

Para aprovechar las vacaciones de Semana Santa y desconectar del día a día hemos decidido ir a Egipto. Un viaje combinado de 4 días de crucero y 2 de estancia en la ciudad de El Cairo, porque aunque te digan "de sábado a sábado", pues pierdes el primero y el último en volar.
Primer problema: desde la pasada revuelta, sólo viajan a aeropuertos egipcios la compañía propia EgiptAir. Desde Madrid y Barcelona, un vuelo diario. Nadie más y ninguna oferta charter o extraordinaria en periodo vacacional.
* Vuelo de ida: sale de España a más de las 3 de la tarde, se llega a El Cairo sobre las 7:30 o las 8 de la tarde, que allí, es hora de cenar y poco más, o de coger otro vuelo a Luxor o Aswan (según la dirección del crucero). En este caso se llega más o menos a media noche, traslado, y empezar al día siguiente el turismo de verdad con madrugón.
* Vuelo de vuelta: para llegar a España, sale a las 9:30 de la mañana, así es que no hagas planes para ese día...
El crucero: Es una pena ir con el tiempo medido, pero las visitas merecen la pena. Además, tal y como está el panorama, no hay mucho público, la temperatura es alta, pero no insufrible (aún, habrá que ver el mercurio en agosto).
Sin embargo, es una maravilla parar en cuatro sitios y no tener que hacer y deshacer maletas cada noche. Además, en lugar de hacer los desplazamientos el autobús, durante el trayecto se aprovecha para comer, para darse un bañito en la piscina de cubierta, para dormir la siesta (y recuperarse del madrugón y prepararse a la salida de la tarde)...
Los restos: no me atrevo a llamarlo "ruinas", porque se conservan en muy buenas condiciones, pensando que a penas se han hecho obras de restauración (sí de mantenimiento o consolidación). Es espectacular ver todo aquello: el tamaño de las piedras, la calidad de lo construido, los relieves y las pinturas (la pena son los graffitis actuales y pasados), lo detallado de muchos de los jeroglíficos, la sabiduría que revelan todos ellos...
Es una pena que en muchos sitios no dejen ni tan siquiera meter las cámaras (Valle de los Reyes o Museo de Antigüedades), pero viendo lo incívica que es la gente (en Abu Simbel no se puede fotografiar dentro, pero siempre hay algún "listillo" que intenta saltárselo), no me extraña... y nos lo hemos ganado a pulso.
El Cairo: La ciudad responde a la definición de "caótica", seguro que sería posible ponerlo como sinónimo en el diccionario. No hay semáforos, no hay pasos de cebra, no hay casi señales de tráfico (algunas informativas)... pero con lo que tienen, se gestionan a claxonazo limpio. Y la gente cruza por donde quiere y de manera continua... pero no van corriendo, ni se les ve precipitados. Se nota su "normalidad" entre los coches, cruzan caminando mientras miran a los coches (tan suicidas no son), hablan por teléfono, fuman... Y tanto tráfico caótico genera algunos problemas, entre lo que destaca la contaminación. Subir a las plantas superiores de los hoteles hace que se vea el efecto "boina" sobre los edificios y que no se vea más allá de unos cientos de metros (ya no hablamos de las pirámides, que sólo se adivinan en raros momentos).
La seguridad: No puedo decir que haya tenido miedo, ni que lo haya pasado mal ni que haya temido por mi integridad. Sí puedo decir que se nota la tensión calmada por todos lados: gente de paisano que se nota que son policías (no turistas ni ciudadanos paseantes), policía armada y con chaleco en el barrio copto de El Cairo, la visita a Abu Simbel se hace en convoy escoltado por la policía, arcos de seguridad hasta en los hoteles y centros comerciales, y hasta por tres veces en el aeropuerto antes de subir a un avión (aunque luego te den cubiertos metálicos para comer)...
Equipaje: ropa de verano que sea de algodón y de colores no muy oscuros, para no atraer demasiado el calor. Ropa amplia y, en el caso de las chicas, con mangas, sin escotes y faldas o pantalones por debajo de la rodilla (los desmontables son los ideales, 2x1). Para entrar a las mezquitas, largo; pero para pasear tampoco recomiendo lo demasiado corto, puesto que siempre te sentirás observada, los niños se meterán contigo, los adultos que estén con ellos les jalearán... no es cómodo ver cómo se meten con la gente.
Leerás por internet que por las noches refresca y que lleves algo de ropa de abrigo. Yo casi la recomendaría para los locales cerrados, porque tienen el don de poner los aires acondicionados a15º, lo que hace que frente a los más de 35 del exterior, te parezca entrar en una pingüinera... pero por la calle se nota que hay menos temperatura, pero no frío. Quizá haya otros momentos en que haga menos temperatura, pero desde Semana Santa hasta octubre, lo dudo.
* ¿Otras cosas que meter en la maleta? Pues aquí hay para todos los gustos; comento lo que leí, lo que llevé y lo que opino:
- Cámara de fotos (esto está claro), con cargador de la batería, tarjetas de memoria y todos los accesorios.
- Si tienes prismáticos, no te arrepentirás de llevarlos. Útiles para los detalles y maravillosos para apreciar las rectas de construcción entre, por ejemplo, el Templo de Hatshetsup y el de Karnak o éste con el de la antigua Tebas.
- Algo para comer entre horas (desde que desayunas a las 6 de la mañana hasta la comida, a mí se me hacía largo...). Por allí venden agua (y otras bebidas) y luego papiros, escarabajos... pero a nadie se le ha ocurrido vender galletas o barritas o chocolatillos. Es raro encontrarlos, pero los hay.
- Una linterna pequeña. En el Valle de los Reyes, los que están en las entradas te "dejaran" las suyas, a cambio de una propina cuando la devuelvas. Además, para otros casos te será muy útil, porque ya no las verás más.
- Gafas de sol, estas son básicas, como la gorra (preferible con sahariana) o sombrero de ala ancha, o pañuelo para la cabeza, o algo similar para no desfallecer.
- Euros sueltos: todo el mundo te venderá todo por un euro, desde 2 botellas pequeñas de agua (allí son de 60 cl) hasta ofertas de pulseras, collares, papiros... que dependerán de tu arte en el regateo. Aunque luego ellos también te ofrecen cambiar sus monedas por tus billetes de euro, porque en los bancos cambian los billetes (el cambio será exacto, 10:10 o 20:20, pero cuidado con los que cuelan alguna moneda que no es)
- Crema protectora alta, especialmente para las Pirámides de Giza porque allí no hay ni media sobra (en el resto de sitios sí). El sol cae a plomo desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y a veces hasta el calor abrasa.
- Un abanico... aunque hará que los vendedores sepan que eres español/a y te persigan hablando en castellano por todos lados (también lo harán si no llevas abanico, tienen un radar infalible)
- Si vas a moverte por El Cairo, una manga larga (fina) y un pañuelo para la cabeza si eres mujer... para las mezquitas. También lo podrás utilizar para los lugares con el aire acondicionado demasiado alto y si aprovechas y lo llevas en una bolsita, cuando entres a la mezquita guardas ahí tus zapatos y no tendrás que darle propina al que los cuida en la puerta...
- Calzado cómodo para caminar sobre arena del desierto (se hunde como la de la playa), sobre asfalto, sobre piedras...
- Botiquín: gasas y esparadrapo de papel para rozaduras (de zapato, de entrepiernas, por si te haces alguna heridita y no quieres que se llene de tierra...), medicamentos básicos: paracetamol, ibuprofeno (estos "por si acaso"), algún protector estomacal (para las comidas de las que no te fíes), algún antidiarreico (en todos los grupos algunos caen tarde o temprano). Y lo que tengas que tomar en tu vida cotidiana.
- Caramelitos o chicles. Harán que no respires tanto por la boca, que no se te seque y no tengas la boca tan seca. Y si son fresquitos (de hierbabuena o así), te ayudarán a llevar un poco mejor el calor.
- El pasaporte en los dientes y luego guardado en una faltriquera o bolsillo interno, por si acaso (yo no me he sentido insegura a este respecto, pero no está de más con los pasaportes).
Y lo que no debe faltar: ganas de conocer otra cultura muy distinta, ganas de empaparse de la cultura y la sabiduría egipcia (sobre todo, la antigua), muuucha paciencia (para soportar a los miles de vendedores que te perseguirán por todas las esquinas, plazas, monumentos...)
Conclusiones: tenía mis dudas antes de ir, por todo lo que se leía en internet y lo que aparecía en las noticias. Sin embargo, no me arrepiento de haber ido, porque me lo he pasado genial, ha sido una experiencia increíble, se ve que las cosas no son una balsa de aceite, pero se puede ir sin ningún problema. Con algo de precaución y sin pasarse de valiente, no hay ningún problema. Y el país lo merece, y mucho.

domingo, 12 de febrero de 2012

Cursillista profesional

Vale: el primer paso es reconocer una adicción. Pues sí, soy adicta... a los cursos de formación, especialmente a los gratuitos.
Hace unos años, cuando la situación económica no estaba en crisis, estuve un año en paro y desde el INEM me mandaron a hacer distintos cursos. Me parecieron muy interesantes, y me fui acostumbrando y mentalizando de la importancia de reciclarse, de la formación continua en todas las profesiones.
Ahora, en educación, todo lo que tenga que ver con cómo llegar a los chicos, con las nuevas tecnologías y con cosas por el estilo me parecen más que interesantes.
Después de cursos presenciales en los difuntos CAP de Madrid (los cursos eran geniales, qué pena que los cerraran por el coste que suponían para la Comunidad de Madrid y no hubiera otro sitio del que recortar). También algunos presenciales en el CRIF Las Acacias (de lo mejorcito). Últimamente algunos de FERE (especialmente de NNTT en verano, muy interesante y participativo y de francés, que son sesiones únicas, por lo que no comprometen a largo plazo), de fundaciones educativas (caso de Aula Smart, cuyos materiales están detallados al milímetro), del ITE (cursos online específicos para profesorado) y ahora en uno de modalidad online con base física en el CRIF Las Acacias.
En esto de los cursos de formación continua hay un problema: como es para todo el profesorado, no se parte de niveles de formación y se mezcla gente que no sabe mucho de ordenadores o, incluso, que les tienen respeto, con otros que dan vuelta y raya casi al profesorado, por lo que la gente que está en un nivel medio se encuentra un poco perdida y descolocada.
Además, el problema se incrementa en los cursos online, ya que cuando te pierdes en un punto o te atascas, tienes que recurrir al mail o a los foros, y esto para un poco el ritmo... no sabes cuándo te contestarán y debes esperar a la respuesta para seguir.
Por el contrario, permiten seguir un ritmo propio, organizarse, no requieren desplazarse a la carrera de una punta a otra de la ciudad (en Madrid esto es un rompecabezas) y siempre tienes la opción de buscarte la vida por internet... que tiene también ventajas e inconvenientes.
Me gustarán más o menos, pero lo que tienen las adicciones es que seguiré haciendo cursos, y mi CV crecerá como la espuma, más o menos como hasta el momento actual. Al menos, espero que me sirvan de algo a largo plazo. Intento ponerlos en práctica, aunque no en su totalidad.

lunes, 23 de enero de 2012

Comprar, o no, un ebook

Una compañera me ha preguntado por los ebook (o libros electrónicos, en castellano) y me he decidido a escribir sobre ello. Como todo en esta vida, y especialmente en las nuevas tecnologías, hay forofos, defensores y detractores.
A mí me lo regalaron y lo miraba un poco recelosa, pero ahora estoy encantada y le encuentro muchas utilidades y muchísimas ventajas.
Pero vamos a intentar aclarar algunas cosas:
No tiene nada que ver con el libro en papel, aunque sólo sea en el aspecto afectivo y la costumbre de tocar la página y pasarla... eso, en el electrónico, no se tiene. Y el mayor inconveniente a esto de pasar las páginas en el ebook es que si no entiendes algo, o te han parado o similar, es más complejo darle a la página anterior, esperar que se cargue, releer y volver a pasar la página, esperar y seguir leyendo.
¿más inconvenientes? no poder subrayar o marcar cosas, ni poder establecer múltiples páginas (en los libros preferidos o para lecturas que vayas a comentar).
Para algunos, el precio todavía es un inconveniente, aunque los hay desde 99 euros hasta 250, así es que hay dónde elegir.
Y en el otro lado de la balanza, sí hay muchas ventajas:
Entre las más destacadas: el peso. Los ebook son pequeños, fáciles de llevar, caben en casi cualquier bolso, para ladrillos (Señor de los anillos, Harry Potter, Los ojos amarillos de los cocodrilos, El cementerio de Praga, El Quijote...) es lo mejor, porque estos modelos permiten llevar uno o mil en el mismo espacio. Incluso, te permite cargar varios para un viaje y si no te gusta poder cambiar sobre la marcha, sin mayores cargos de conciencia.
 Hay distintos formatos para los libros electrónicos, pero lo mejor de estas cosas, es que siempre puedes convertir el archivo que tengas (un libro, un escrito en Word, un documento en PDF, determinadas páginas del BOE, etc)  al que te interese (epub es el mejor y el que resulta compatible con todos los lectores) con algún programilla o desde internet con alguna página de conversión online.
Conseguir los textos no tiene demasiada complicación: en internet hay muchas tiendas donde comprar los títulos que están de actualidad (casi al mismo precio que los que van en papel, lo que me parece una injusto porque no te deberían cobrar el no-papel, la no-tinta ni la no-distribución), los clásicos (como ya no tienen derechos de autor) se encuentran con facilidad en cualqeeir portal de libros gratis y en general, no hay grandes dificultades para encontrar la mayoría de los libros en formato digital. Algunos sí, esto no es infalible, pero supongo que cada vez habrá más fácilidad y precios más competitivos.
La duración no es un gran problema: la batería dura muchísimo porque la pantalla no tiene mucho brillo (lo que hace que la lectura no canse la vista ni le afecte la luz directa del sol en una merma de la calidad de lectura).
Y además, acabo de descubir un programa que ayuda a organizar la biblioteca digital con gran facilidad. Y además es de código libre, por lo que es gratuito: Calibre (noticia en El País).
Y sobre las marchas, pues "para gustos, los colores": El más barato es el Kindle de Amazon, por 99 euros. Y seguido de cerca por el Ebook de FNAC por 129. Entre los más específicos, Papyre tiene diversos modelos desde los 129 a los 659€, ahora "regalan" uno con un periódico y cupones por unos 40 euros, que además es en color y permite ver películas o series como en una tele (pero esto merma la visibilidad en algunas condiciones)... algunos usan la excusa del ebook para comprarse una tableta, pero ese es otro tema.
A la hora de decidir recomiendo:
- Pensar para lo que se va a usar: sólo como un libro (aunque ya que tiene otras aplicaciones, a lo mejor se usan) o se pretende tener un aparato para todo lo posible
- Brujulear un poco por internet algún título que te gustaría leer, ver en qué formato está, ver si lo sabes encontrar... Siempre hay algún foro en el que gente busque ese mismo título y otros le den pistas de cómo encontrarlo o el link a dónde poderlo comprar o descargar, internet está lleno de gente majeta
- Tener claro un presupuesto y mirar algo por internet, no tirarse a lo primero que te pongan en las manos
- Preguntar a conocidos, mirar el que tenga y ver cómo lo ves de útil, de práctico, de manejable...
- La facilidad y comodidad de que tenga WIFI (ahora, casi todos lo tienen), para facilitar la descarga de los libros y no necesitar depender únicamente del cable para hacerse con los libros
- La posibilidad de usar tarjetas de memoria (no todos lo permiten), aunque excepto en casos concretos, la memoria de la mayoría de los terminales permite gran variedad y cantidad de títulos dentro de un solo ebook, pero a determinada gente le puede resultar más cómodo usar tarjetas de memoria (la mayoría son MiniSD o MicroSD, como la mayoría de los teléfonos móviles y tabletas).
Y después de todo esto: feliz compra y mejor lectura, que es cultura

domingo, 22 de enero de 2012

¿Hasta dónde llegaría un profesor?

Cuando las cosas han ido bien, a los profesores no les ha ido igual de bien que al país... Los sueldos nunca han subido al nivel del IPC (del que nos cuentan, no del real); ha habido distints congelaciones alegando diferentes motivos (reales o no, más o menos creíbles - sobre todo comparándolo con el momento actual), todo lo han justificado con "tienen demasiadas vacaciones", etc.
Sin embargo, nadie se ha planteado otros factores comparativos: en educación no se suelen hacer regalos profesionales (como en otras profesiones: médicos, periodistas, informáticos, departamentos de compras de la empresa que sea...); en educación no cabe la opción de vacaciones pagadas o congresos como "invitado" en un país extranjero...
Ahora, que ha llegado la crisis "de verdad" vemos unos primeros aspectos curiosos y cómo reaccionas distintas partes de la sociedad:
- Colegios donde dejan de suministrar papel higiénico y la solución parece fácil: que cada cual se lleve su papel higiénico o alternativa. "arrimar el hombro entre todos".
- Colegios donde se deja de poner la calefacción (o se limita su horario de uso), la gente va más abrigada cuando ya lo sabe, incluso, acude con mantas (aunque hayamos visto cómo el alumno que fotografió esta situación y la subió a una red social fue sancionado desde el centro).
- Colegios donde se limita, controla o pone pegas a la adquisición y/o uso de material: fotocopias, hojas de exámenes, libros complementarios, diccionarios, cartulinas, rotuladores o lápices de colores, pegamento, tijeras...
- Hay centros donde la compra de nuevos materiales, por descontado, ha quedado reducida a cero. Lo puedo entender, que se haga lo que se pueda con lo que ya hay.
Sin embargo, empezamos a ver que en algunos centros de levante empieza a haber problemas con el pago de las facturas de la luz. Esto lleva a plantear determinadas dudas con difícil resolución aparente:
- Si se corta la luz de un centro educativo, pensando en los horarios ordinarios (diurnos), no parece que pueda afectar mucho. Pero la luz no afecta sólo a las clases, sino también a pasillos sin luz directa, escaleras sin ventanas, sótanos donde pueden ubicarse laboratorios, cafeterías, gimnasios, aseos... También afecta a clases con mala ilumniación en determinadas zonas, iluminación artificial para compensar reflejos en la pizarra (con la consiguiente persina bajada, o no), iluminación artificial complementaria para determinadas asignaturas: plástica, física, un día oscuro (muy nublado, una tormenta fuerte)... Todo esto pensando desde la enseñanza de nuestra época.
Pero pensemos en lo que piensa la educación moderna: se están implantando las nuevas tecnologías: presentaciones de diapositivas (con necesidad de un ordenador), clases de informática, tecnología de la información (con un ordenador de forma más o menos directa), presentación con transparencias, uso de la pizarra digital (en algunos centros ya han desaparecido las pizarras de tiza o rotulador), explicación en el aula de audiovisuales (vídeo, DVD, conexión a internet), alguna actividad en el salón de actos (normalmente sitios poco iluminados o sin ilumniación natural)... todo esto, que cada vez más es una exigencia de los planes de estudio y de las programaciones, presenta una dificultad visible si las empresas competentes decidieran cortar la luz a ese centro educativo.
¿Estamos preparados para volver a la educación de pizarra, voz e iluminación con velas? ¿Cómo justificaremos este cambio? ¿Cómo podrá un profesor sometido a esta presión externa competir por la atención de los alumnos que tienen los estímulos de las nuevas tecnologías en casa?
Ante todo, pensemos que la educación que demos a los alumnos de hoy será el cultivo de la sociedad del mañana: los que nos gobernarán y los que pagarán nuestras pensiones (si no cambian demasiado las cosas).